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‘a priori’ y ‘a posteriori’ o ,¿cómo?

Ciertamente en filosofía existen muchas palabras que son usadas y que para el público en general son cosa desconocida. Es algo normal, todas las áreas del conocimiento tienen su propio vocabulario, su propio lenguaje con el cual explican las cosas que explican. Y en filosofía existen dos palabras que a veces se usan a menudo cuando se tratan cosas de epistemología o sobre metafísica incluso. Son dos palabras que gracias a Kant se pusieron de moda: el a priori y a posteriori.

Estas dos palabras son latinas, a priori quiere decir “anteriormente” y a posteriori “posteriormente”. Desde el siglo XVII uno aplica estas palabras cuando quiere referirse a la manera sobre cómo llegamos a la verdad, o mejor dicho, a cómo podemos llegar a conocer la verdad de algo. Decimos que algo es a priori¸ que un juicio, un enunciado es a priori cuando la verdad se origina en la razón misma. A priori significa, entonces, con anterioridad a la experiencia, algo independiente de ella. No es necesario recurrir a la experiencia para conocer que un enunciado es verdadero. Un juicio o enunciado a posteriori cuando la verdad procede de la experiencia. A posteriori significa con posterioridad a la experiencia.

Entonces, vemos que los juicios a priori sólo se basan en la razón. Dichos juicios, aquellos cuya verdad se conoce independientemente de la experiencia son necesariamente verdaderos, es decir, estos enunciados son necesarios, necesarios a priori.  Mientras que los enunciados cuya verdad se conoce mediante el recurso a la experiencia son enunciados contingentemente verdaderos, son contingentes a posteriori. Todo lo necesario puede conocerse a priori, mientras que lo contingente sólo se conoce a posteriori. Por ejemplo, el decir que ‘todos los solteros son no casados’ es algo a priori y además necesario ya que no es necesario recurrir a la experiencia para saber que eso ver verdad, sólo basta con conocer el significado de los términos para saberlo; pero  para poder decir que ‘algunos solteros son infelices’ es necesario recurrir a los hechos y a la experiencia de uno para verificar su verdad o falsedad.

Como tip cultural —y que también tiene gran relevancia pero aquí no lo profundizaré— podríamos decir que Kant relacionó esta distinción sobre lo necesario y lo contingente con la suya propia entre analítico y sintético, arguyendo que los juicios analíticos son a priori y los a posteriori son sintéticos, pero que, además, existen los juicios sintéticos a priori. Un juicio analítico es  aquel cuyo predicado está contenido en el sujeto, pertenece al sujeto, y se enlaza con él en una relación de identidad —por ejemplo, todo león es mamífero. Un juicio sintético es  aquel cuyo predicado no está contenido en el sujeto y no se enlaza con él en una relación de identidad —por ejemplo, algunos leones son más peludos que otros. La verdad de los juicios analíticos se reconoce a priori, sin recurrir a la experiencia, y la de los sintéticos a posteriori, recurriendo a ella.

Mas independientemente de Kant, los juicios a priori y a posteriori serán tales conforme a si existe la necesidad que explicarlo mediante la experiencia o no.