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‘a priori’ y ‘a posteriori’ o ,¿cómo?

Ciertamente en filosofía existen muchas palabras que son usadas y que para el público en general son cosa desconocida. Es algo normal, todas las áreas del conocimiento tienen su propio vocabulario, su propio lenguaje con el cual explican las cosas que explican. Y en filosofía existen dos palabras que a veces se usan a menudo cuando se tratan cosas de epistemología o sobre metafísica incluso. Son dos palabras que gracias a Kant se pusieron de moda: el a priori y a posteriori.

Estas dos palabras son latinas, a priori quiere decir “anteriormente” y a posteriori “posteriormente”. Desde el siglo XVII uno aplica estas palabras cuando quiere referirse a la manera sobre cómo llegamos a la verdad, o mejor dicho, a cómo podemos llegar a conocer la verdad de algo. Decimos que algo es a priori¸ que un juicio, un enunciado es a priori cuando la verdad se origina en la razón misma. A priori significa, entonces, con anterioridad a la experiencia, algo independiente de ella. No es necesario recurrir a la experiencia para conocer que un enunciado es verdadero. Un juicio o enunciado a posteriori cuando la verdad procede de la experiencia. A posteriori significa con posterioridad a la experiencia.

Entonces, vemos que los juicios a priori sólo se basan en la razón. Dichos juicios, aquellos cuya verdad se conoce independientemente de la experiencia son necesariamente verdaderos, es decir, estos enunciados son necesarios, necesarios a priori.  Mientras que los enunciados cuya verdad se conoce mediante el recurso a la experiencia son enunciados contingentemente verdaderos, son contingentes a posteriori. Todo lo necesario puede conocerse a priori, mientras que lo contingente sólo se conoce a posteriori. Por ejemplo, el decir que ‘todos los solteros son no casados’ es algo a priori y además necesario ya que no es necesario recurrir a la experiencia para saber que eso ver verdad, sólo basta con conocer el significado de los términos para saberlo; pero  para poder decir que ‘algunos solteros son infelices’ es necesario recurrir a los hechos y a la experiencia de uno para verificar su verdad o falsedad.

Como tip cultural —y que también tiene gran relevancia pero aquí no lo profundizaré— podríamos decir que Kant relacionó esta distinción sobre lo necesario y lo contingente con la suya propia entre analítico y sintético, arguyendo que los juicios analíticos son a priori y los a posteriori son sintéticos, pero que, además, existen los juicios sintéticos a priori. Un juicio analítico es  aquel cuyo predicado está contenido en el sujeto, pertenece al sujeto, y se enlaza con él en una relación de identidad —por ejemplo, todo león es mamífero. Un juicio sintético es  aquel cuyo predicado no está contenido en el sujeto y no se enlaza con él en una relación de identidad —por ejemplo, algunos leones son más peludos que otros. La verdad de los juicios analíticos se reconoce a priori, sin recurrir a la experiencia, y la de los sintéticos a posteriori, recurriendo a ella.

Mas independientemente de Kant, los juicios a priori y a posteriori serán tales conforme a si existe la necesidad que explicarlo mediante la experiencia o no.


Ética kantiana [2 parte]

Como hemos visto, Kant es un filósofo que cree en reglas morales absolutas. La moralidad —así entendida como Kant la entendía (obrar por deber) — ha de valer para todos los hombres, es decir, para todos los seres racionales en general, y, también, ha de valer de un modo necesario; dicho de otra forma, la moral debe tener un fundamento a priori en la razón misma.

El concepto de deber se basa en la sola razón que se presenta bajo la forma de algo llamado por Kant como imperativo. Ya que el hombre es razonable, actúa según los motivos objetivos que el entendimiento propone a la voluntad. Sin embargo, la voluntad también posee sus propios motivos subjetivos; pero, el hombre racional acepta que el entendimiento impone a la voluntad a someterse a su mandato.

Sin embargo, la palabra deber, en nuestro sentido cotidiano, se usa de diferentes formas, muchas de ellas de un modo no moral. Éstos, dice Kant, son de dos tipos: los técnicos, que son aquellos que son reglas necesarias para llevar a cabo una habilidad, por ejemplo, si quiero llegar a ser un buen jugador de ajedrez, debo estudiar las partidas de los mejores jugadores; los pragmáticos, que son los, por así decirlo, consejos de la prudencia, por ejemplo, si quiero tener buena salud debe tener una dieta balanceada. Buena parte de nuestra conducta está gobernada por este tipo de deberes. Siempre es una constante: tenemos un cierto deseo; reconocemos que un cierto curso de acción nos ayudará a obtener lo que deseamos, entonces, concluimos que debemos seguir lo que mejor nos ayude a esto. Kant llamó éstos imperativos hipotéticos, ya que ellos nos dicen qué hacer siempre y cuando tengamos los deseos para realizarlos, es decir, si no queremos ser un buen jugador de ajedrez o no queremos tener buena salud, no hay ninguna razón para estudiar partidas de ajedrez o de tener una dieta balanceada. Como la fuerza vinculante del deber depende de que se tenga el deseo, se podrá uno liberar de su fuera simplemente renunciando al deseo.

Existe también un segundo tipo de imperativo, el moral, que es aquel que hace que algo sea necesariamente bueno. Éstos no dependen de los deseos particulares que tengamos. Éste tipo de deber es categórico y prescribe la moralidad a modo de juicios sintéticos a priori ya que no dependen ni de la experiencia ni de las propias intenciones. Además de todo, dice Kant, son sintéticos ya que representan algo más que la misma voluntad.

Entonces, como se ve, el imperativo hipotético es posible ya que el ser humano tiene deseos. Pero, el imperativo categórico es posible porque tenemos razón. Éstos últimos obligan a los agentes racionales —es decir, los hombres— sólo por el hecho de ser racionales. Todo esto es posible ya que el imperativo categórico conforma un principio que toda persona racional debe aceptar: “Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal”.


Ética kantiana [1 parte]

Hablemos sobre Kant. Pero hablemos de su ética, una ética que dio un giro completo a como los sistemas filosóficos eran concebidos hasta ese entonces.  ¿No saben a que me refiero? Pues mejor empecemos.

¿Qué debo hacer? Ésta es la pregunta crucial que Kant se cuestiona, la cual lo llevará a crear un sistema ético que se convertirá en único para su época. Le dio, por así decirlo, un giro completo a la visión que se tenía de la moral en los campos filosóficos.

La fundamentación kantiana de la moral, se fundamenta —valga la redundancia— en elementos a priori. Kant distingue dos tipos de afirmaciones: las a priori y las a posteriori. Las afirmaciones a priori son las que se pueden formular basándonos únicamente de la razón —pilar de toda la doctrina kantiana—, sin recurrir a la experiencia ni a los sentidos. Las afirmaciones a posteriori, por otra parte, se encuentran basados en la experiencia que tenemos del mundo. Pero estas últimas por el momento no son importantes.

Entonces, La ética, tal como Kant la entiende, ha de ser formal y a priori. Sólo siendo a priori puede ser universal y digna del hombre. Así es como Kant empezará a responder la cuestión que nos plateábamos al principio, que es una de las cuatro preguntas fundamentales de todo su pensamiento: ¿Qué debo hacer?

En la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant nos trata de explicar sobre el cómo debemos hacer para pasar de esas ideas mundanas que tenemos acerca de la moral hacia las ideas filosóficas acerca de ésta. Todos tenemos ideas sobre lo que es la moralidad, sin embargo, esto no nos ayuda ya que son a posteriori, de lo que se trata, mas bien, es de analizar filosóficamente el fundamento de la moralidad. Desde los tiempos de Aristóteles, la noción del “bien” ha sido central al hacer ética, y Kant parte —pero sólo parte— de la afirmación de que lo único que puede tener derecho a llamarse “bueno” es la llamada “buena voluntad”. Pero, esta buena voluntad no es sólo una intención o un “tratar de hacer las cosas bien”; no, más bien es un deber puesto en práctica y guiada, claro está, por la razón.

Si el fin propio de la humanidad fuera el llegar a la felicidad, la naturaleza hubiera errado enormemente al darnos la razón y voluntad para poder conseguirla; los puros instintos hubieran sido mejores medios para poder llegar a ella. Kant afirma que la felicidad es a posteriori, es decir, es empírica y la razón no logra precisarlo de un modo universal. Es por esto, dice Kant, el motivo por el que nosotros tenemos razón y voluntad no es para alcanzar la felicidad, sino que más bien: “la moral no es propiamente la doctrina de cómo hacernos felices, sino de cómo hacernos dignos de la felicidad.”

La voluntad, como ya se dijo, sólo será buena cuando una acción esté hecha por el deber. No es buena por el fin que pretende o por el bien que  consigue sino simplemente es buena en sí misma, ya que las acciones se hacen conforme al deber, y actuar conforme al deber sólo será posible si se actúa conforme a la ley moral, en palabras de Kant: “El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”.

Como muchos otros filósofos, Kant creyó que la moral se puede sintetizar en un principio fundamental, del que se derivan todos nuestros deberes y obligaciones. El imperativo categórico resume un procedimiento para decidir si un acto es moralmente permisible.

Como que las personas tienen deseos y metas, las cosas tienen valor para éstas en relación con sus proyectos. Las cosas en sí sólo tienen valor de uso, es decir, sólo tienen valor como medio para alcanzar fines, y son los fines humanos los que dan valor. De este modo, si se quiere ser una mejor persona, se debe buscar métodos sobre cómo ser una mejor persona, esos métodos, entonces, serán los que tendrán valor; pero, si no se quiere ser una mejor persona, entonces los métodos no tendrán ningún valor.

Puesto que la ley moral es la ley de la razón, los seres racionales son la encarnación de la ley moral. La única manera en que el bien moral puede existir es si las criaturas racionales se dan cuenta de lo que deben hacer y, actuando por un sentido del deber, lo hacen. Kant creyó que esto es lo único que tiene valor moral. Entonces, si no hubiera seres racionales, la dimensión moral del mundo simplemente desaparecería.

No tiene sentido, por tanto, ver a los seres racionales tan sólo como una clase de cosa valiosa entre otras. Ellos son seres para quienes las meras cosas tienen valor, y son los seres cuyas acciones meditadas tienen valor moral. Así, el valor del hombre debe ser absoluto y no comparable al valor de cualquier otra cosa.


Jugaremos en el bosque, mientras Dios no esta… ¿Dios estas ahí?

Termino una vez mas la llamada Semana Santa, ya nadie recuerda porque, pero oficialmente tenemos vacaciones, todos nos vamos a la playa y recibimos camarones de pascuas del Ornitorrinco de Pascua. Y por ser —aparentemente— una celebración muy importante, haré algo especial para celebrarla, hablare sobre la existencia de Dios.

Primero lo primero

Empecemos por el principio, la disciplina, ciencia o forma de pensamiento que estudia específicamente esto es la Teología Natural… o Teodicea pa’ los cuates.

La Teología Natural es como una rama de la Teología, un poco resiente ya que apareció en la modernidad, que reflexiona precisamente si Existe Dios. En los últimos años ha sido manchada con toques Analíticos (lo digo porque la Filosofía Analítica no es mucho de mi agrado) pero en esencia es lo mismo, justificar —o no— la existencia de Dios.

El nombre de Teodicea viene del griego θεοδίκεια (theodíkeia) que significa justificación de Dios. Este término lo introdujo un filósofo de apellido Leibniz en uno de sus ensayos para designar aquella parte de su filosofía que trata de la justificación de Dios, ante la razón humana (para que vean lo fuerte que esta la cosa, sin albur). Muchos filósofos (y aspirantes a filósofos) llaman a la Filosofía de la Religión Teodicea, ya que creen que el tratar de responder la pregunta sobre la existencia de Dios llevara consigo a responder otras incógnitas como ¿Quién es Dios?, ¿Qué es Dios?, ¿Dónde esta Dios?, etc.

El chiste de todo esto en poner énfasis en la paradoja que todo esto implica: querer explicar o falsear la existencia de Dios por medio de la razón, todo esto sabiendo que en temas espirituales lo que impera es la Fe, es decir, confianza en que exista. Veremos como podemos arreglarnos para no entrar en contradicción. Tendremos que ir por partes. Lo primero es decir que no voy a hablar de un Dios personal, sino de Dios como tipo La Fuerza de la Guerra de las Galaxias. ¿Qué quise decir con Dios personal? Muy buena pregunta, se nota que están prestando atención.

Oferta de dioses en el pasillo 5

¿Por qué en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento Dios destruye pueblos y  a su vez hace que llueva comida del cielo? Hay un anime (caricatura japonesa) cuyo nombre no diré para que no me tachen de friki el cual se plantea lo siguiente:

A Dios no le importa lo que pasa en el mundo ni los actos del hombre, ni siquiera le importa él hombre. Esto es porque Dios es un ser perfecto, es decir, no tiene errores o imperfecciones —valga la redundancia—. Como Dios es perfecto, no debería de preocuparse por nosotros. ¿Se imaginan a un Dios enojado porque sus creaciones no lo veneran? ¿O un Dios que llora porque su pueblo es masacrado? Si Dios hiciera eso estaría mostrando sentimientos y emociones, las emociones sólo son propias de los seres humanos, y esas mismas emociones nos hacen ser imperfectos ya que nos hacen dudar de nuestros actos —o aferrarnos incondicionalmente a ellos—, por lo tanto si Dios tiene emociones, es un ser imperfecto y por ende no puede ser un Dios.

Fuertes declaraciones. Pero lo que nos importa es que ahí se encuentran las características de un Dios personal: ese Dios que tiene todo el poder y que puede hacer lo que le plazca, que el destino de todo esta en sus manos y si quisiera puede crear o destruir. Un Dios enojado y que se pone triste, es un Dios personal. Ese es el Dios de muchas religiones, de la judía y la cristiana principalmente. Aquí no voy a menospreciar ninguna creencia religiosa, dejare que los ateos— que aunque no lo crean también son una religión— se encarguen de eso. Lo que me importa es mostrar una diferencia entre el Dios personal y el Dios que me importa estudiar ahorita: Dios como cosa o ser superior a todos, infinito y que no fue creado. Este Dios no tiene sentimientos, y no sabemos si es consiente o no, se trata simplemente de algo que esta mas arriba de nosotros, algo mas fuerte y misterioso.

Ahora que ya sabemos que Dios estamos hablando, pasamos a lo bueno que es probar la existencia de Dios. Con esto estamos descartando el Argumento de la Revelación y el Argumento de los Milagros ya que no estamos hablando del Dios personal. Sin embargo les dire de que se tratan estos dos argumentos para que no se queden con la duda:

  • Argumento de la Revelación: Las religiones monoteístas tienen profetas, personas que son enviadas divinamente a divulgar las enseñanzas de Dios, estas se les aparecen mediante revelaciones, sueños o visiones. En la actualidad hay personas que dicen haber tendido estas visiones acerca de la existencia de Dios, y las tomas como evidencia suficiente para creer en ello —cuestión de Fe—.  Sin embargo, la replica diría: ¿Cómo puedes tomar como suficiente el hecho de ver en un sueño a Dios y probar que existe? Si yo sueño con duendes y hadas o me drogo y las veo en una visión entonces, ¿son reales? Yo creo que no.
  • Argumento de los Milagros: que una persona resucite —como Gokú— o que caigan waffles del cielo podría ser considerado como milagro. ¿Qué es un milagro? Un acontecimiento extraordinario en el contexto humano, beneficioso para alguna persona buena o desafortunada, y provocada por la intervención de Dios. Y como son milagros, van en contra de las leyes naturales. Pero aquí se encuentran dos dificultades para este argumento, el primero es que este modo de relatar los milagros presupone que Dios existe y, por lo tanto, no puede usarse como premisa en una prueba de su existencia. Entraría en una falacia, una mentira, en un circulo vicioso. El segundo problema es que existen personas que creen que ni siquiera los acontecimientos más extraordinarios lo son tanto como para que crezcan de una causa material. Llueven waffles porque exploto una fábrica de waffles; Gokú resucitó porque juntaron las esferas del dragón. Explicaciones materiales que demuestran el como surgieron los supuestos milagros. Sin embargo, debe de quedar claro que la ciencia no puede explicar todo y que en verdad existen acontecimientos que sobrepasan nuestro entendimiento. El significado que cada uno le de será la diferencia.

Demos un pequeño paseo por los discursos que causaron furor en la historia de la Filosofía y que tenían que ver con este asunto de Dios.

Los Presocráticos: Dios es agua…o aire…o fuego… o tierra

¿Desde esa época existe Dios? Que pregunta, ¡claro que si! Desde que el hombre es hombre existe Dios. Y los llamados Presocráticos buscaron a Dios en la naturaleza. Tales de Mileto —el así llamado primer filosofo occidental— afirmaba que todo el mundo esta lleno de dioses, con esto quiso decir que existía una energía en todo lo que nos rodea. Para él la vida era la propiedad básica de la naturaleza—al igual que el agua, elemento que pensaba, era el que originaba todo—, pues tenía de ella una visión hilozoísta. El hilozoísmo es la creencia según la cual la totalidad del cosmos es como un ser viviente dotado de alma. Anaximandro de Mileto también era hilozoísta, el a diferencia de Tales pensaba que el origen de todo no era el agua, sino el apeiron —lo indefinido—, aunque el se refería en términos materiales, puede extrapolarse lo indefinido a Dios. Anaxímenes de Mileto también era hilozoísta… de el no hay mucho que decir. Algo que se les puede atribuir es que estos tres filósofos fueron los que trataron de esperarse de la mitología griega, de los clientes de dioses y quisieron dar una explicación racional a todo lo que pasaba, pero sin salirse de ese campo místico —aunque ese no haya sido su ideal—.

Heráclito por su parte pensó que el origen de todo es el fuego. Pero se trata de un fuego diferente, el creía que el cosmos es fuego eternamente viviente y que es fundamento de todo, de el nació todo y a el irán en el futuro; algo parecido al apeiron, solo que el fuego esta en constante cambio, el aperion no. Si hablamos que el fuego esta en todas partes, Dios esta en todas partes, algo así como proto-panteísmo (ahorita explico que es esto).

Jenófanes, el filosofo que criticó toda su cultura, lo pongo porque de aquí puede surgir la idea del Dios personal, el decía que el ser humano le pone atributos humanos a los dioses, si los animales pudieran pintar, pintarían a sus dioses con cabezas de animales. En su lugar, propone una concepción monoteísta más elevada de un solo Dios (o de un Dios que domina sobre los demás), cuyos atributos son la omnipotencia, la omnisciencia y la espiritualidad. Me suena a algo parecido.

Platón: Dios estudió la carrera de Arquitectura

Hemos visto que desde aquí los filósofos empiezan a tener la idea de un Dios monoteísta. Pues Platón es influye en los filósofos posteriores acerca de Dios. Platón argumentaba racionalmente a favor de la existencia de Dios con forme a la idea de la primera causa —tomada por Aristóteles— hasta la Idea de la máxima perfección.

Principalmente a Platón se le achaca la idea de Dios como un Demiurgo, o el gran arquitecto. Pero este es un arquitecto algo especial, Dios no es creador o providente, es más bien un ordenador. Da la pauta del paso del caos al cosmos. Como solo ordena, se presupone que la materia es increada así como las almas y las Ideas, es decir, siempre han existido.

Aristóteles: El primer Motor

Aristóteles se planteó esto: Todo lo que sucede tiene una causa, y esta causa tiene una causa, y esta otra causa también tiene una causa, y así sucesivamente hasta el infinito. Con esto, supone Aristóteles, que el universo es infinito. Pero esto no acaba aquí, Aristóteles también planteo que Dioses el primero motor y que es inmóvil. El movimiento del mundo, en cuanto paso de la potencia al acto, requiere siempre un ser en acto; causa y efecto. Entonces debe de existir un acto que sea el Acto de Actos, un Acto que sea el motor del movimiento del mundo. Dios es ese motor y, además, Acto puro, sin mezcla alguna de potencia, es decir, no necesita convertirse en otro acto porque es el Acto definitorio.  Dios es un ser completamente inmaterial, la Inteligencia que se piensa a sí misma.

Algo importantísimo es que Aristóteles afirmo que Dios no se ocupa del Universo, no de los acontecimientos del hombre. Por eso Dios no debe ser objeto de culto ni de oración. Sería inútil tratar de trabar amistad con Dios.

San Agustín de Hipona: Dios me dijo que si existe

San Agustín por ser cristiano cree en la existencia de Dios, pero lo que nos importa ahora es el argumento que dio para justificarlo —que fue tomado después por Descartes—, el Argumento Gnoseológico. El argumento dice así: Nosotros somos imperfectos porque dudamos, pero tenemos la idea de perfección. Por lo tanto, ha tenido que ser puesta en nosotros por un ser sumamente perfecto —para que haya relación causa-efecto—: Dios.

Santo Tomas de Aquino: Cinco formas de probar que existe

Santo Tomas de Aquino, a muchas catequistas no les cae bien, tal vez porque el usaba el método aristotélico —es decir que el si dudaba racionalmente la religión cristiana— y San Agustín el platónico (cabe recalcar que mucha de la filosofía platónica fue tomada por los cristianos). Sin embargo algo que si se le aplaude son las llamadas  Cinco vías para demostrar la existencia de Dios y van más o menos así:

  • Prueba del Movimiento: Según esto es imposible admitir que exista un numero infinito de seres móviles —parecido a lo que decía Aristóteles—. Dios es un motor inmóvil que genera todo el movimiento del universo. Además, todo lo que tiene movimiento es temporal, como el ser humano: tiene movimiento desde su nacimiento y algún día tiene que morir. Y Dios es el primer motor y es inmóvil, por lo tanto, no es movido. Por lo tanto Dios existe.
  • Prueba de la Causalidad: Todo lo que existe tiene una causa, es por eso que nada es fortuito, es decir, echado a la suerte.  Dios es la causa de todo, por lo tanto, Dios existe.
  • Prueba de lo necesario y lo contingente: Todo lo que existe no puede vivir por si mismo, es decir, que el solo se cree la vida. Siempre se necesita de otro para existir —ahí están las cadenas alimenticias—. Toda criatura sólo tiene sentido por Dios, es decir que tiene que existir un ser contingente y necesario en el cual estén regidos todos los seres. Por lo tanto Dios existe.
  • Prueba de los Grados de Perfección: La imperfección supone la perfección. Todo fue creado con grados de perfección: mineralàplantaàanimalàser humanoàDios. Si Dios no existiese, el ser humano sería entonces el creador de todo, pero como no lo es, Dios existe.
  • Prueba del Orden del Universo: Se supone que todo ser tiende a realizar su propio fin. Sin embargo, las plantas y los animales no tienen conciencia. Entonces ellos no pueden realizar su propio fin. Dios es perfecto y la causa final de todas las finalidades. Todo esta regido por cierta inteligencia que mande y gobierne, y esa inteligencia es Dios. Por lo tanto Dios existe.

San Anselmo de Canterbury: Dios vive en la Isla de la Fantasía

San Anselmo es famosísimo —al menos en el mundo filosófico— por crear el tan famoso Argumento Ontológico. El dijo que incluso los ateos deben de tener una idea sobre Dios, sino entonces sus argumentos acerca de la inexistencia de Dios no tendrían sentido. Citó un versículo de la Biblia: El necio dijo en su corazón: no hay Dios. ¿En qué consiste exactamente esto de que incluso el necio tiene en su corazón? Laidea de Dios es la idea de un ser mayor, del cual nada puede pensarse. Eso quiere decir que no podemos imaginarnos algo mayor a Dios.

Aquí San Anselmo define dos tipos de existencia: la existencia en la mente y la existencia en la realidad. Así que en primera instancia, Dios existe en la mente, pero la existencia mental es un tiempo de existencia menos perfecto que la real. Entonces, si Dios existiese sólo en la mente, sería menos perfecto, que si existiese en la realidad. Si sólo existe en la mente entonces deberíamos ser capaces de pensar en algo mayor que Dios, es decir, algo que existiera tanto en la mente como en la realidad. Entonces, este Dios que existe en la mente y en la realidad es mucho mayor al primer Dios que solo existe en la mente. Es por eso que Dios existe. Ya que puede existir tanto en la mente como en la realidad.

Además, San Anselmo combina la idea de Dios con la idea de la necesidad, es decir, si Dios existiera accidentalmente, sería menos perfecto que si hubiera existido por ser necesario; como Dios es la perfección absoluta debe existir porque es necesario y no solo por mera coincidencia.

Lo malo es que no a todos les gustó esta forma de probar la existencia de Dios. Un monje llamado Guanilo afirmó que el argumento de San Anselmo lleva a conclusiones ridículas si se llevara el argumento a otras cosas. Por ejemplo, se podría usar el argumento para probar la existencia de una isla perfecta, diciendo que esa isla es una isla mejor que cualquiera otra que pueda pensarse. Puede ser que Dios exista en aquella isla, después de todo es perfecta como Dios.

René Descartes: Medité y el genio maligno me dijo que Dios si existía

Descartes retomó el argumento ontológico y lo introdujo en sus Meditaciónes Metafísicas, pero lo hizo más simple. En primer lugar argumento que si Dios no existiera no seria perfecto, por lo tanto debe de existir. Así mismo tener la idea de lo infinito y perfecto no viene de nosotros, eso es porque somos finitos e imperfectos, entonces, ¿de donde viene eso? Pues de Dios. Dios es el que nos puso esas ideas en nuestra cabeza. Por último, Dios es la suma bondad y también es el creador de todas las cosas. Al crearnos bondadosamente, es imposible que nos haya dotado de alguna facultad cognoscitiva que nos lleve al error. Todo lo que pensamos es verdadero y garantía de  esto se encuentra en la veracidad de Dios, basada en su propia perfección. Descartes era muy idealista en ese sentido.

Ledwig Feuerbach: Dios se parece a mí

Feuerbach tiene una idea media extraña —aunque parecida a los argumentos que usan los ateos hoy en día— sobre Dios. El dijo que la conciencia que el hombre posee de Dios es la que posee de si mismo. El hombre proyecta sus cualidades, anhelos, deseos y aspiraciones. Con todo eso nace Dios.

Es entonces que para Feuerbach la religión es la proyección de la esencia del hombre. Dios es la proyección alienada de uno mismo; se opone como un ser exterior a nosotros. Lo único verdaderamente divino y absoluto es el hombre mismo, no como individuo sino como especie.

Brauch Spinoza: Dios fue cortado en cachitos y esparcido por todo el mundo

Existe algo que se llama panteísmo, de donde Spinoza es muy recordado. Para Spinoza Dios es todo, es decir, Dios esta en los arboles, las plantas, los animales, la tierra, los gusanos, etc.  El mundo no es más que una simple manifestación de Dios. El lo nombra como una sustancia o Naturaleza, una sustancia infinita y única, es decir, que es todo y esta en todo. Al ser comparado Dios con la Naturaleza, nos recuerda a las religiones sintoísta así como la católica, donde se dice que Dios esta en todas partes. Dios, la única cosa que existe en todo el universo, una idea algo rara, que recuerda un capitulo de Futurama.

Emmanuel Kant: El simplemente existe y ya

Para terminar, Kant. El sostenía que es imposible probar la existencia de Dios, aunque sin embargo arguye que necesitamos creer en Dios.  La idea de Dios y del libre albedrio —como frase de Barbie, se lo que quieras ser—, son presuposiciones necesarias en la vida humana, dicha necesidad no es psicológica o social, sino algo mas profundo. La vida de la razón, la vida de los seres humanos como seres dotados de razón, sería imposible sin estas dos cosas. Kant pensaba que estas dos cosas no tendrían sentido sin la idea de Dios, y habitual cooperación en la vida práctica de la humanidad caería en el caos sin el libre albedrío.

Con todo esto podemos concluir algo: ya sea que exista o no exista Dios, es importante siempre creer en algo, una piedra o una planta o lo que sea. La fe o confianza, esperanza, es algo que siempre tenemos y no deberíamos de perder. Se puede creer en un señor barbón que nos quiere, o simplemente en una masa de luz que tiene voz de mujer, o simplemente en la naturaleza, como sea resulta lo mismo. Se debe de creer siempre en algo porque sino, la vida seria tan aburrida y sin sentido.

Para terminar en algo que si debemos de creer es… ¡en el Ornitorrinco de Pascuas! Feliz Ornitorrinco a todos.


Alemania vs.Grecia «La Final»

Fútbol y Filosofía, ¿así o mas fácil se los pongo? A ver si con esto le agarran un poco mas de pasión a la carrera del pensar.

No se preocupen, los que no son amigos de los deportes, también se divertirán.