Cuestionando la existencia: el problema de los universales

Pongamos sobre la mesa un asunto que por todos lados huele a cliché de filósofo. Un asunto que durante gran parte de la historia de la filosofía fue una piedrita incomoda en el zapato de muchos filósofos ya que se cuestiona sobre la realidad, existencia o inexistencia de las cosas. Un problema que es metafísico, epistemológico. Vamos a hablar del problema de los universales.

Éste problema, clásico en filosofía, se cuestiona sobre qué tipo de entidad o realidad les pertenece a los términos universales. Un término universal pues… ¡es eso!  Lo universal, lo común a todos —en palabras de Aristóteles—; el río, el hombre, la justicia, el bien, no el río Bravo, el hombre chaparro, la justicia ciega, el bien cristiano.

Todo empieza con esas preguntas que todo el mundo piensa que se cuestionan los filósofos: ¿qué es la humanidad?, ¿Qué es el hombre?, ¿Qué es la justicia?, etcétera. Después de que los filósofos se hicieran éstas preguntas llegaron a una más impactante, una cuestión que está en el fondo de todas las demás, la pregunta sobre qué clases de cosas existen.  Pero claro, hay cosas que son obvias que existen como por ejemplo las piedras, los pájaros y los perros cafés —los filósofos estamos locos pero tampoco es para tanto—, por ello es que este asunto sólo se centró en aquellas cosas cuya existencia (o inexistencia) era difícil de afirmar (o negar); preguntarse acera de lo que hay, por ejemplo, Platón diría que las Ideas existen, Aristóteles que existen sustancias compuestas de materia y forma.

Me obligan a decir que  este problema inicia en la Grecia clásica pero yo me saltaré todo eso hasta los medievales ya que ahí fue cuando empezaron a cuestionarse duro con todo esto —además de que Platón y Aristóteles extrapolaron su versión de la historia a los mismos pensadores medievales—. El problema tiene su auge por ahí del siglo XI, cuando la filosofía escolástica estaba en su mayor esplendor, pero antes de eso fueron dos los personajes que avivaron las llamas de la cuestión. Porfirio —el mismo que hizo su intento de árbol— en su introducción a las Categorías aristotélicas (Isagoge) se plantea al problema formalmente más o menos así:

 Si los universales existen; si existen, ¿existen separados de las cosas o no?; si existen separados de las cosas, ¿qué son?

El segundo personaje es Boecio, el así llamado último de los romanos, quien es considerado como el puente entre el mundo clásico y el mundo medieval. Él aparte de dar a conocer ésta cuestión de Porfirio, les da la idea platónica de la existencia separada de las formas, el Mundo Sensible y el Mundo de las Ideas platónico.

Con esto fue que nacieron tres posturas frente a la respuesta a este problema tan problemático de todos los problemas que puede haber:

a) Realismo extremo o platonismo: esto afirma que, efectivamente los universales existen así como las ideas platónicas. Se cree que los universales existen antes en el espíritu que en las cosas. Son extramenteales, es decir, nosotros no los creamos, sino que allí se encuentran por naturaleza. Los universales existen también en la mente divina, a modo de arquetipos, o ideas ejemplares, ordenados a la creación.

b) Realismo moderado o conceptualismo: esto nos afirma que los universales sólo existen como entidades mentales o conceptos, a los que en la realidad corresponden propiedades de las cosas. Dicho de otra forma, los universales existen como formas —esencia, naturaleza— de las cosas individuales. Esta postura supone una elaborada teoría de la abstracción y de la constitución de las cosas por materia y forma. El resultado es que lo universal no existe separado de las cosas, pero existe como esencia o naturaleza de cada cosa de la que se afirma: la humanidad no existe separada sino sólo existe en la naturaleza de Sócrates, Sarte y Schopenhauer. Por lo mismo, el universal es también un concepto abstracto, porque por su medio conocemos lo que son los individuos, los únicos que son.

c) Nominalismo: afirma que los universales no son más que nombres; sólo existen individuos y que sólo usamos esos nombres para poder entendernos a nosotros mismos.

Ya en la época moderna sólo existen dos posturas que siguen en disputa entre los filósofos: el realismo y el nominalismo.  Tratando de responder sobre qué cosas de las que se habla existen. Pero el chiste de todo esto es que cada uno crea su propio criterio de qué cosas son reales, qué cosas existen. Hay que formar nuestro propio criterio y… a ver con cuál idea nos casamos (además esto sirve para atraer chicas).


2 respuesta a «Cuestionando la existencia: el problema de los universales»

  • Bárbara Garibotti

    Me podrias ayudar dandome nombres de filosofos modernos que cuestionan que es el Bien Gracias Bárbara

    • aletzantro

      hola Bárbara,
      pues mira, el problema del bien o lo bueno puede buscarse tanto en el plano ético como en el teológico. Nombres de filósofos modernos… el primero que me viene a la mente es Kant, él llama al bien la «buena voluntad» lo puedes ver eso tanto en la Crítica de la razón práctica como en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Otro puede ser Max Scheler, su visión fenomenológica es buena ya que así uno puede darse una idea de lo que es el bien en concreto. Incluso Marx se cuestiona la idea del bien; también están Wilhelem Windelband y Heinrich Ricket, que parten de la idea del bien de Kant.
      Espero que te sirvan, y si tienes más dudas pues… no dudes en preguntar jajaja.
      saludos.

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